Sofía tiene tres amores: su gata Holly, los libros y El café de Alejandría.
Sofía trabaja allí como camarera y es feliz.
Sofía no tiene pareja y tampoco la busca, aunque desearía encontrar la magia.
Sofía experimenta un chispazo cuando él cruza por primera vez la puerta.
Él aparece por casualidad guiado por el aroma de las partículas de café...
...o tal vez por el destino.
Él se llama Héctor y esta a punto de descubrir donde reside la magia.
Después del éxito arrollador de sus anteriores libros, Elisabet Benavent, también conocida como @BetaCoqueta, regresa con La magia de ser Sofia, la primera parte de una bilogía que nos cuenta, con frescura y humor, lo que sucede cuando dos personas cargadas por el peso de las circunstancias se encuentran y descubren que la magia solo existe cuando se miran a los ojos.
Elisabet Benavent
Podría hablar de mí misma en tercera persona, que queda como muy guachi, pero prefiero seguir siendo yo misma.
Mi nombre es Elisabet Benavent, aunque casi todo el mundo en redes sociales me conoce por mi Alter Ego “Betacoqueta”. A ratos somos la misma persona, a ratos nos tiramos de los pelos, pero solemos convivir en paz.
Si has llegado a esta web por casualidad te cuento que, desde septiembre de 2013 publico libros.
Mi primera novela fue “En los zapatos de Valeria” a la que le siguieron el resto de títulos de la Saga Valeria (en orden) “Valeria en el espejo”, “Valeria en blanco y negro” y “Valeria al desnudo”.
Desde entonces han visto a la luz ocho libros más (“Persiguiendo a Silvia” y “Encontrando a Silvia”, los pertenecientes a la Trilogía Mi Elección “Alguien que no soy”, “Alguien como tú” y “Alguien como yo”, el Horizonte Martina, compuesto por “Martina con vistas al mar” y “Martina en tierra firme” y “Mi isla” de una única entrega) y he podido cumplir el sueño de mi vida: ser escritora.
Soy licenciada en Comunicación Audiovisual y completé mis estudios con un máster (del universo pero sin espada) sobre Comunicación y Arte en la Universidad Complutense de Madrid, ciudad en la que resido con mi marido, Mr. Coqueto, desde entonces.
Trabajé durante casi siete años en el departamento de comunicación de una multinacional (Mordor para los amigos) pero en octubre de 2014 me lancé a la piscina con esto de la escritura y ahora le dedico todo mi tiempo. Además, colaboro como columnista en la Revista Cuore, tengo entre manos un par de proyectos locos y estoy inmersa en algún que otro trabajo editorial, como la colección de libros “Betacoqueta” publicada por Suma de letras.
Entre mis pasiones (todas ellas locas, obsesivas y totalmente dementes) están los gatos, los zapatos, el maquillaje, viajar, las cosas que brillan, ir en coche con la ventanilla bajada y cantando a gritos y perder el tiempo cazando moscas con las pestañas. Si te apetece, puedes conocerme mejor a través de este blog, donde siempre serás bienvenid@.
Gracias por formar parte de esta familia coqueta.
La autora nos cuenta de La magia de Sofía
en la presentación del libro en México.
- Estamos aquí para hablar de La magia de ser Sofía. Háblanos un poco de qué es La magia de ser Sofía.
- Para mi es un libro muy especial, porque lo escribí en un momento también delicado quizás, estaba de promoción con el anterior libro, y bueno, estar de promoción y escribir a la vez es un tanto complicado, yo no lo sé hacer, he descubierto que no lo sé hacer, me organizo muy mal, y bueno, pero este libro se convertía un poco en volver a casa. Daba igual si estaba en un aeropuerto, en un hotel. Volvía a casa, me agobiaba porque Sofía no acababa de encajar en el esquema que yo tenía mental de ella, hasta que, bueno el día que tenía que entregarlo, con el libro terminado, le dije a mi editora, no estoy segura de lo que estoy haciendo, y mi editora confió en mi y me dijo, si quieres empezar de nuevo, tienes todo mi apoyo. Así que en tiempo de descuento, escribí dos novelas, en el tiempo de una. Pero en el tiempo en que decidí, voy a empezar de nuevo, nació Alejandría, nació Sofía, nació Héctor, tal y como están en el libro. Fue una muy buena decisión, y es que yo la estaba buscando y no la encontraba, y cuando paré de buscarla vino ella a verme, esa es la magia de Sofía.
- En esta investigación que yo hice sobre ti, me di cuenta que la vida está hecha de decisiones importantes todo el tiempo, izquierda derecha, derecha ya es importante. Tú tomaste una decisión muy importante, que antes tú trabajabas en los medios y decidiste dejarlo todo para dedicarte a escribir. ¿Cómo fue ese proceso? Porque sé que muchos aquí, o a lo mejor nada más yo, estamos en esa etapa de no se si esto me hace feliz y lo dejo todo para lanzarme a esto.
- Pues es complicado, porque llega un momento en que estás tan metido en tu rutina, que no te planteas que eso no te hace feliz. Te tienes que levantar a tal hora, tienes que tomar el transporte público, pero a mí me hacía muy infeliz. Llegó un momento que era, me levantaba cinco minutos antes para poder llorar en la cama, antes de salir de casa. Entonces llegó un momento, en que me plantee que la vida es una, que solo tenemos una oportunidad, no hay ensayo, esto va así, y dije bueno, si me equivoco quizás sea el momento de equivocarme, me voy a lanzar, si me doy una torta no pasa nada, mi marido me dará una palmadita en la espalda, y nadie me dijo estas loca, todo el mundo me apoyo, yo creo que sentir también que mi familia me decía adelante, y si te equivocas, no te habrás equivocado porque habrás aprendido de la equivocación, esto no te hace feliz, busca algo que te haga feliz. Y de repente dejas la oficina y te das cuenta que todo lo que estabas haciendo era quitarle tiempo a poder esforzarte para conseguir lo que tú querías hacer. De repente tienes todo el tiempo del mundo para luchar por ello, y van llegando cosas y van llegando más proyectos, y puedes decir que si, no tienes que decir no, no tengo tiempo, no, no puedo, no, es que no puedo tomarme estas vacaciones ahora para ir a hacer promoción, de repente tienes el tiempo para luchar por ello, pero el primer día lloré mucho, y me decía a mi misma, Dios mío que he hecho, que hecho, estoy loca, soy una tarada, pero mi marido me llamó y además me dijo, cuanto rato llevas llorando, y yo le digo dos horas, y me llamó a media mañana y me dijo, solo llamo para recordarte que has tomado la decisión más importante de tu vida. Y fue como, vale ya estoy un poco más tranquila, no estoy tan loca.
- Sé de mucha gente, que igual está aquí o nos está viendo, que tiene ganas de ser escritor. Qué consejo das tú?
-Que no se dejen jamás convencer por la palabra imposible. No existen las cosas imposibles, existen las cosas difíciles. Pues lo difícil se puede conseguir, hay que romper mucha mano, hay que escribir todo lo que se le ocurra, da igual si a los cinco años piensa Dios mío, qué hice ahí, esto qué es. Da igual, da igual, porque es un continuo aprendizaje. Hay que leer muchísimo, de todos los géneros posibles, todo lo que caiga en las manos, no hay que soñar pequeñito, hay que soñar grande, porque me decía un jefe mío, muy bueno, lo único bueno que tuve en esa empresa, decía que si quieres llegar a las estrellas tienes que poner los ojos en la luna, entonces hay que soñar grande, y ningún sueño es imposible per se, lo que pasa es que no hay que frustrarse. La frustración es enemiga de los sueños y además hace muy buenas migas con el ego, y al ego hay que alimentarlo poquito, porque es un monstruo que cuanto más comida le des más hambre tiene, y que hay que intentarlo y que hay que tirarse a la piscina y que no hay que tener miedo, porque el miedo se alimenta de los sueños también.
-Que no se dejen jamás convencer por la palabra imposible. No existen las cosas imposibles, existen las cosas difíciles. Pues lo difícil se puede conseguir, hay que romper mucha mano, hay que escribir todo lo que se le ocurra, da igual si a los cinco años piensa Dios mío, qué hice ahí, esto qué es. Da igual, da igual, porque es un continuo aprendizaje. Hay que leer muchísimo, de todos los géneros posibles, todo lo que caiga en las manos, no hay que soñar pequeñito, hay que soñar grande, porque me decía un jefe mío, muy bueno, lo único bueno que tuve en esa empresa, decía que si quieres llegar a las estrellas tienes que poner los ojos en la luna, entonces hay que soñar grande, y ningún sueño es imposible per se, lo que pasa es que no hay que frustrarse. La frustración es enemiga de los sueños y además hace muy buenas migas con el ego, y al ego hay que alimentarlo poquito, porque es un monstruo que cuanto más comida le des más hambre tiene, y que hay que intentarlo y que hay que tirarse a la piscina y que no hay que tener miedo, porque el miedo se alimenta de los sueños también.
Ver la entrevista completa en el video.
Transcripción del audio Ana R.
Fuente de información: Me gusta leer , Sitio web de la autora , Canal YouTube Me gusta leer México
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