5 ago 2014

LAURA de María Eugenia Ludueña

Hoy es un día muy especial para una familia, e histórico para un país,
y para Latino América.
Apareció Guido, el hijo de Laura, el nieto de Estela de Carlotto.



"Soy la mamá de Laura. La primera hija, la soñada, la querida, la esperada, igual que los otros tres que vinieron después. Pero ella fue algo especial por la vida que vivió: una vida corta, intensa, con mucho contenido. Vivió apurada, empapándose de su tiempo. Estaba atenta a aprender de cada momento, de cada lectura, de todo lo que la ayudara a pensar, hacer y participar. Entregó su vida por un ideal, por un compromiso con su pueblo", dice Estela de Carlotto.
Su hija mayor, Laura, fue secuestrada y desaparecida en noviembre de 1977, a los veintidós años. El escenario es la ciudad de La Plata, en los turbulentos años 70. Laura Carlotto es una más de los tantos jóvenes que empiezan a militar políticamente, con la convicción de que la revolución puede suceder mañana y que el sueño de una sociedad más justa está a la vuelta de la esquina. Hermosa e independiente, sensible y decidida, Laura y su compromiso político cambiarán para siempre nuestra historia: a partir de su desaparición y su asesinato en 1978, y de que el hijo que llevaba en su vientre fuera robado por la dictadura, Estela de Carlotto se convertirá en el máximo referente de los derechos humanos en la Argentina como presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.
La vida de Laura es también la crónica de una generación contada en la voz de sus protagonistas: a través de los testimonios inéditos de la familia Carlotto, de las amigas de juventud y de sus compañeros de militancia; a través del relato de los hombres que la amaron y de los compañeros que la respetaron cuando estaba en cautiverio, María Eugenia Ludueña reconstruye toda una época.
La autora narra la historia de Laura como nunca se contó: desde que era sólo un sueño para sus padres hasta hoy, cuando en su nombre Estela de Carlotto sigue buscando a Guido, su nieto.
Y nos transporta, como si estuviésemos allí, a esos años acelerados en los que La Plata era un hervidero de sueños de juventud, cuando todo parecía a punto de cambiar. Entre la investigación histórica y el testimonio, con maestría y sensibilidad, María Eugenia Ludueña indaga en la vida y la militancia de Laura Carlotto y pinta a través de su historia el fresco de una época que hoy nos interpela de manera más intensa que nunca.


 



María Eugenia Ludueña





María Eugenia Ludueña (Santa Fe, 1969) se licenció en Ciencias de la Comunicación en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires.
Desde 1992 se desempeña como periodista.
Escribió para diarios y revistas, entre ellos La Nación Revista, Página/12, Revista Anfibia, Gatopardo, TXT, Elle, Para Ti y Travesías.
Estuvo a cargo de la producción periodística de documentales para The History Channel y Anima Films. Recibió el premio Best Feature Story: Writing for Social Impact (International Network of Street Papers) por una nota para la revista Hecho en Bs As y la beca Avina de investigación periodística.
Coordina talleres de periodismo y derechos humanos para jóvenes en el proyecto de la Asociación Civil Miguel Bru.
Actualmente trabaja como editora de la agencia Infojus Noticias y colabora con el equipo de Comunicación de Conectar Igualdad en el Ministerio de Educación de la Nación.
Laura. Vida y militancia de Laura Carlotto es su primer libro de no ficción.


Tras 36 años de búsqueda





La lucha de Estela de Carlotto comenzó con las tradicionales rondas en Plaza de Mayo junto a las madres de pañuelo blanco que reclamaban por el paradero los desaparecidos a fines de los 70.
Luego, Estela enfocó su búsqueda y su lucha en recuperar a los nietos que habían nacido en cautiverio y que habían sido apropiados, sin conocer su verdadera identidad.
Después de años de ir por comisarías, cementerios y juzgados, Estela de Carlotto logró recuperar los restos de Laura.
Siempre mantuvo la esperanza de encontrar vivo a su nieto, Guido.


Ignacio  Hurban es Guido Montoya Carlotto

Tendrá que decidir si adopta el nombre de pila, que habría pensado para él su madre, o aquel con el que fue anotado, y usó toda su vida. En Olavarría no se hacen ningún problema: allá todos lo llaman "Pacho"



Loma Negra es un pueblo chico: no mucho más de 4.000 habitantes en tres pequeños barrios pensados en función de la fábrica cementera homónima, hoy propiedad de la brasilera Camargo Correa. A 10 kilómetros de la ciudad de Olavarría, casi todos los vecinos tienen algún familiar que trabaje o haya trabajado en la calera fundada por el industrial Alfredo Fortabat a fines de los años 20. Pacho no. Él llegó al pueblo de grande, pero los vecinos lo conocen: lo han visto en casamientos, cuando lo contrataban para tocar el piano de la capilla Santa Elena. Su pareja, Celeste Madueña, diseña vestidos de novia en el local “Quiero mi vestido”, que montó junto a una socia en la avenida Pueyrredón, en el centro de la ciudad. “Pacho” integra diversos ensambles musicales, toca tango y jazz, da clases en el conservatorio de música Ernesto Mogávero y dirige la escuela municipal de música de Olavarría. Antes de someterse a los análisis de ADN, tocó en el predio de la ex ESMA en el ciclo de Música por la Identidad. Una casualidad que su abuela solo puede interpretar como un presagio. “Él ya tenía algo adentro”, dijo emocionada a los medios. El padre biológico también fue músico, igual que uno de los otros trece nietos de Carlotto. Sin saber su realidad, seguía de cerca el trabajo de Abuelas. En su cuenta de Twitter había celebrado la aparición de otro nieto, el 106, en agosto del 2012: “Las mejores cosas de la vida no son cosas”, escribió.


Una triste historia que se cierra, 
y otra hermosa que recién empieza a escribirse.





Para la memoria, letra y música
de Ignacio Hurban



Fuente de información: Lectulalia , Tematica.com , La Nación.com , Noticias perfil , La Nación.com

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