17 abr 2017

Agustín Corazón abierto de Roberto Bubas

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Y Agustín miró por primera vez sus manos, sus blancas y diminutas manos de niño. Y se animó a mirar sus piernas, desnudas y pálidas... Agustín era un niño. Así nomás. De repente, sin aviso ni explicación, la caprichosa alquimia del destino había transformado la vida en vida en el pedregoso crisol de una ensenada.” 
La mirada de la inocencia es la más sabia, es la única que puede hacer aquellas preguntas que resultan impronunciables para la razón. Como lo supo hacer el Principito de Antoine de Saint-Exupéry, Agustín Corazón abierto nos enfrenta a nosotros mismos y nos devuelve una imagen a veces inesperada. Nos pone el espejo delante, ese que nunca queremos mirar. Alegoría de la paz y el saber a través del maravilloso recurso de la transformación, este niño que nos mira con ojos profundos nos lleva y nos trae a través de la lectura y nos deja siempre perplejos.



Roberto Bubas






Roberto Bubas nació en Esquel, Patagonia argentina, el 20 de agosto de 1970. 
Es guardafauna del área natural protegida Península Valdés desde 1992, año en que dio comienzo al monitoreo de la población de orcas de la Patagonia y sus estrategias de caza, proyecto de investigación declarado de Interés por la Legislatura de su provincia y becado por National Geographic Society. 
Durante casi dos décadas monitoreó el comportamiento de orcas en libertad, sumando más de cuatro mil horas de observación, y es considerado una de las personas en el mundo que más conoce sobre estos grandes delfines, contribuyendo con sus informes a la creación de leyes de protección de la especie en el mar argentino. Comprometido defensor de la naturaleza y la libertad de los animales, entiende su labor en términos generacionales, orientada a crear conciencia ambiental, proponiendo el rescate de valores que guíen a la humanidad a integrarse en forma armónica en el espacio natural que la rodea. El tiempo compartido con una familia de orcas en la costa patagónica lo vinculó con ellas de un modo particular y único. 
Agustín Corazón abierto es un relato especial, resultado de esa profunda y mágica empatía. 

En 2007 escribió éstos dos libros, Por el camino de los sueños  y Sanar el alma, ambos reflexiones inspiradas en la naturaleza. 


Entrevista al guardafauna y escritor Roberto Bubas








- Beto, contame quién es Agustín?

- Agustín es un nene que es sordo mudo de nacimiento y con conductas autistas, de Buenos Aires, que nunca había salido de su mundo, no se quería relacionar, nada le llamaba la atención y de repente le aparece a la mamá con una de las revistas Viva, abierta en doble página, en una foto donde yo estoy tocando la armónica a las orcas, y él que nunca había hablado se la muestra a la madre, que ya estaba sorprendida porque algo le había llamado su atención, me señala a mi, y quiere decir sus primeras palabras. Pero cuando pasa eso, obviamente los padres sorprendidos, emocionados intentan buscarme por cielo y tierra para ver qué reacción podía tener Agustín si viera las orcas. 
Así es como me contactan pidiéndome si yo podía recibirlos y mostrarle las orcas a Agustín. Entonces obviamente a mi me emociono su historia, me sentí conmovido por el niño y también por la mamá, con el coraje y la determinación de llegar a dónde fuera para ver si su hijo tenía alguna mejoría.
Les respondo que los esperaba, que vinieran y que haríamos todo lo posible por mostrarle orcas a Agustín, que vinieron al final en un setiembre, en una época donde no se ven muchas orcas y bueno, no las encontrábamos, no aparecían orcas en ningún lado. 
Yo estaba bastante frustrado, porque el nene había venido de muy lejos, su mamá había venido de muy lejos, a una cabaña donde no tenía ni luz, ni calefacción, totalmente opuesto a lo que ellos estaban habituados, acostumbrados y de repente Agustín, en todo ésto que se estaba dando, donde buscábamos orcas y no aparecían en Punta Norte, empezó a relacionarse con la naturaleza del lugar, de una manera increíble. 
Se acercaba a los zorritos, a los amarillos, acariciaba mi caballo y mi caballo se quedaba dormido parado. Me anime a llevarlo a la playa donde habían elefantes marinos, se acercaba a los elefantes reptando y los elefantes lo miraban y seguían durmiendo como si fuera otro ser de su naturaleza, era una cosa muy emocionante, muy sorprendente.

- ¿Qué iba diciendo la madre a todo ésto?

- La madre, bueno con mucho miedo, por eso te digo, también me causaba mucha admiración el coraje y la determinación de una mamá de Buenos Aires, de llevar a su hijo a donde fuera, a la Patagonia, con un tipo que ni conocía, a un loco que se metía con las orcas, en una casa, una cabaña totalmente primitiva, en esa época no teníamos ni luz, ni heladera, ni calefacción, absolutamente nada, debe haber pasado frío esa señora incluso. Y el nene, Agustín empezando a reaccionar en contacto con la naturaleza. 
El tercer día, después de haber buscado orcas por todos lados sin haberlas encontrado, ya estaba frustrado, triste, porque me sentía que había cargado la obligación, el compromiso de ver qué pasaba cuando Agustín viera orcas y no había podido cumplir. Y justo llega el auto, que los venía a buscar para llevarlos al aeropuerto y Agustín me llevó de la mano al sendero, aliso el médano, hizo dos dibujos, me señalaba el mar y dibujo una orca grande hembra, con una orca bebé al lado, y nos daba a entender de que las orcas no habían venido y que no era culpa mía que no las había visto y que las orcas estaban todas juntas en el mar, porque había nacido un bebé, una cría. 
Se fue Agustín en taxi y al día siguiente aparece un grupo de orcas, Shaka, con un bebé recién nacido.

- ¿Y qué dijeron todos?

- No se qué dijeron todos, yo no podía salir de mi asombro, y así fue como empecé a escribir Agustín Corazón abierto. 


Ver la entrevista completa en el video.
Transcripción del audio AnaR.



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